Una joya o alhaja es un objeto ornamental usado para adornar o embellecer el cuerpo. La palabra joya deriva del francés antiguo «jouel«, proveniente del latín «jocale«, que se traduce como juguete o chuchería, mientras que su sinónimo alhaja proviene del árabe andalusí «الحَاجَ» (alḥáŷa, «cosa valiosa»), y este a su vez derivado del árabe clásico «حَاجَة» (ḥāŷah, «necesidad») o حِلْيَة (ḥilyah, «ornamento«). Una joya se fabrica siempre con piedras y metales preciosos.1
En sus diversas formas, las joyas sirven principalmente para efectos estéticos y ornamentales en todas las culturas humanas y continentes. En algunos casos, las joyas se usan bajo el concepto del pudor con el objetivo de cubrir algunos genitales mientras que en otros casos se usan para destacar estos.23 También las joyas se usan simbólicamente para representar características propias de cada individuo y de sus creencias. Dependiendo de algunas culturas, las joyas sirven para fines religiosos o rituales, como amuletos, que pueden tener una variedad de significados, como protección, suerte, riqueza, e incluso algunos para el mal de ojo

En la mayoría de las culturas, las joyas son vistas como un símbolismo de riqueza. Los materiales y el trabajo necesarios para fabricarlas hacen que tengan de por sí un valor intrínseco, el cual las ha hecho susceptibles de ser utilizadas como forma de acumular riqueza en grandes cantidades.6 Por ello, se convirtieron en una moneda de cambio válida para todo tipo de transacciones; en culturas como la India, formaban parte del rito nupcial, donde la dote se entregaba en forma de joyas de oro.